El miedo, que se pueda tener, contribuye a que no se vea la realidad tal como es, pues uno de los efectos del miedo es el turbar los sentidos, por lo que las cosas nos parecen diferentes a como son.
El miedo es una emoción, lo que implica un proceso corporal, un cambio en diferentes partes de nuestro cuerpo, que luego se refleja en un sentimiento. Siendo este la percepción consciente que se tiene de ese fenómeno físico y fisiológico.
El miedo tiene como función principal el proteger la vida y asegurar la supervivencia, haciendo frente a los peligros y amenazas o el huir si se considera que no se puede, con tales peligros o amenazas.
El miedo suele ser el resultante de la gravedad del asunto que tenemos delante, y el sentimiento que tenemos de podernos enfrentar con esa circunstancia.
Surge miedo cuando se da la aparición de una amenaza o de un peligro y este es interpretado como tal por el sujeto, desencadenándose el deseo de huir de alguna forma, ante tal situación.
En el miedo podemos distinguir un plano físico y otro mental. El físico está en el cerebro más antiguo, mientras que el mental está en el cerebro más moderno, siendo en ocasiones el mental el que activa el físico.
So muchas las ocasiones en que se entra en un estado de angustia, siendo esta un sentimiento de miedo que no tiene razón alguna.
Hemos de ser conscientes que muchos miedos son generados a un nivel mental sin responder a un peligro real.
Es malo que el miedo como emoción básica se convierta en un estilo afectivo, llegando a crear males adaptativo, peligrosos y destructivos.
A los seres humanos por costumbre nos gusta vivir en situaciones de certidumbre y de confort, donde queremos que casi todo sea predecible y esté bajo nuestro control.
Con cierta frecuencia anticipamos muchos problema que nunca llegan a suceder, viviendo situaciones de preocupaciones que tienen como resultado el restar nuestras energías.
No nos hacen sufrir las cosas sino las ideas que tenemos de las cosas. Aunque muchas veces hay que cambiar las situaciones para dejar de seguir sintiendo miedo.
El miedo continuado es una de las grandes agresiones que puede tener una persona, pues imposibilita para hacer frente a ese peligro o amenaza.
Es un problema cuando la parte correspondiente de nuestro cerebro que controla el miedo se queda activa de forma permanente, pues ello supone que, no solo tengamos miedo sino que vivamos asustados.
Una forma de tratar el miedo, en las personas, es pidiéndoles a estas que hagan una descripción de los temores de forma detallada, y pasando después a ver, con ellas, la posibilidad real de que esos acontecimientos en los que piensan, ocurran.
Tener emociones, aunque estas sean difíciles, es algo normal, sin embargo el sufrimiento de como damos vueltas y vueltas a una circunstancia es una elección personal, algo que suele ocurrir con los miedos.
El sentimiento de miedo es tan fuerte que llega un momento en que se prescindir de todo lo demás con tal de liberarse del miedo.
Es valiente aquel que hace lo que decide hacer a pesar del esfuerzo que le pueda suponer hacerlo.
Sentir miedo afecta a los sentimientos, ser cobarde o valiente afecta a los actos.
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